jueves, 14 de julio de 2011

La cultura de atención a las personas con discapacidad.

      Acerca del concepto  Cultura.  Para abordar la evolución del concepto de discapacidad, como condicionante discapacitadora implícita en la socialización, y en la cultura local y universal, se hace obligado acudir a conocer los diversos supuestos construidos, desde la mirada antropológica, reconociendo en esta ciencia la facultad para comprender la vastedad y complejidad del concepto de “Cultura”, su acepción en el término “Cultura de la discapacidad”, y sus implicaciones en lo referente a la “Cultura de la Diversidad”.

        Así, al interior de las principales teorías antropológicas, podemos identificar: el evolucionismo, el estructuralismo y el funcionalismo, el determinismo, la culturología, la antropología dialógica o simbólica interpretativa, los enfoques procesuales o teoría de la práctica.


    1.- Evolucionismo. En esta corriente teórica se presentan las aportaciones de Edward B. Tylor y de Lewis H. Morgan; el primero, sugiere que la cultura puede estudiarse científicamente; y que ésta puede definirse, como la evolución unilineal, de toda sociedad, desde el salvajismo, la barbarie y la civilización. Conceptualiza por cultura, al todo complejo que incluye el conocimiento, creencias, arte, moral, derecho, costumbres, capacidades y hábitos adquiridos por un individuo como miembro de la sociedad.
     El segundo, añade la descripción etnográfica, enfocada a los principios sociales, políticos, religiosos y económicos, y la historia de la confederación  de los iroqueses; sin embargo, estas descripciones proyectan la intención organicista de la cultura, al sugerir que actividades como la caza y la terminología de parentesco, tienen  trasmisión en la sangre, no en la enculturación.
   Sin embargo, las aportaciones primarias a esta corriente, las realizó Herbert Spencer, 50 años antes. La idea de la supervivencia de los organismos más dotados, expresada anticipadamente a Darwin, y la idea de la libertad personal para aprender y sobrevivir, influyen en la construcción de la cultura, como resultado de evolucionismo biológico, y las pautas para lograr educación. Así, compara a la sociedad con un organismo, que al crecer en estructura requiere de divisiones y funciones cada vez más complejas; originando su evolución social y diferenciación estructural.
  Lo “Superorgánico” son para él, aquellas ideas que sobrepasan lo individual y hacen posible la acción coordinada humana; lo superorgánico es el principio y encuadre de su concepto.
  Esto último, ubica a Spencer, en los albores de las corrientes estructuralistas y funcionalistas.
  El análisis de estas ideas sugiere, que las personas y la discapacidad, no podrían convivir, ya que la idea de la selección genética, es también valuarte para la selección social, y en consecuencia, las personas discapacitadas no accederían a estados de evolución culturalmente establecidos.
  Aún que Spencer aporta explicaciones de la plasticidad orgánica, al referir la plasticidad social, la sugiere con intercambio de acciones en sus elementos, para activar alguna de sus estructuras que inicie a funcionar deficientemente, más este intercambio es permitido por la idea común: El funcionamiento de todo el organismo; es decir, intercambio sin diferenciación de tareas, ni la diferencia en sus componentes; lo cual precisa la  Homogeneidad para la supervivencia de la sociedad.
 A la vez, agrega que este total de una sociedad es discreto; existe por ello, la libertad de acción;  a pesar de que los miembros de un organismo no tienen influencia física para la cooperación requerida en la supervivencia.
“Sin estar en contacto se afectan unos a otros a través de espacios intermedios, por el lenguaje emocional y por el lenguaje oral y escrito del intelecto. Para llevar a cabo acciones mutuamente dependientes es necesario que los impulsos, dispuestos en sus géneros, cantidades y tiempos, se lleven de parte a parte”. (Bohannan P. y Glazer, Mark, 1993: P.11)  (17)

 2.-Estructuralismo y funcionalismo. El primero es representado en Claude Lévi-Straus, con la creencia de que las mentes humanas tienen características universales originadas en el Homo sapiens, lo cual lleva a todas las personas a pensar de forma similar independientemente de su sustrato cultural o sociedad, como por ejemplo, la necesidad de clasificar a las relaciones entre la gente y la naturaleza; y las relaciones entre la gente, dando origen a las oposiciones binarias de bueno-malo; blanco-negro; capacitado-discapacitado, convirtiendo así a las diferencias de grado en diferencias de clase.
  El funcionalismo se centra en el papel de los rasgos y prácticas culturales existentes en la sociedad contemporánea. Para Malinowski, los seres humanos tienen un conjunto de necesidades biológicas en común; las costumbres son las diversas maneras de satisfacerlas. Para Radcliffe-Brown, las costumbres, los roles y el comportamiento son prácticas sociales que funcionan para preservar la estructura social.  ¡!

     En particular, fue R. Linton quien desarrolló los conceptos de status y rol; los elementos culturales contienen forma, significado, y el  uso del término función refiere únicamente a la interrelación entre los individuos.
Así, la sociedad funciona por reciprocidad entre sus miembros; el status se referirá a las posiciones ocupadas en las estructuras de esta reciprocidad, entendiéndola como concepto cognitivo,  siendo la suma de derechos y deberes. El rol refleja la conducta experimentada ante el status. Por lo que este enfoque, ayuda para comprender la diferencia entre significado, y acción, siendo ambos modelos organizadores de actitudes y conductas.
La formación de hábitos y actitudes en el individuo empiezan en el nacimiento y, siendo igual en otras cosas, lo más pronto que empiece su preparación para un status, con más éxito lo conseguirá” (Bohannan P. y Glazer, Mark, 1993: P.192)  (ídem)

     Aunque cualquier individuo puede ser preparado por la sociedad para cualquier rol, la mayor parte de negociaciones para la vida diaria requiere de hábito; argumenta que los sistemas sociales tienen que ser construidos sobre las potencialidades del individuo medio, sin dones o incapacidades;  lo que plantea un dilema social respecto a desarrollar dos tipos de status: El atribuido (Asignado sin referir diferencias o habilidades innatas), y el logrado (Que requieren habilidades especiales, se forman con la competición y el esfuerzo individual). Son ejemplo de status y rol, el sexo, la edad, las relaciones familiares, la clase, la casta.
A su vez, los factores de status y rol retribuyen en divisiones y categorías dando diferentes grados de importancia social, incluso con tendencias hereditarias.
    Para Linton, la cultura es intangible y no puede ser aprehendida por los individuos, ni siquiera por quienes la reproducen.
  Determinismo. Influenciados por la escuela norteamericana de Boas, quién mostró que la biología humana es plástica, puede llegar a ser influida por el entorno incluidas las pautas culturales; es decir, la raza no determina a la cultura. Por lo tanto, insistían en el préstamo de otras culturas para el avance de una en particular; conclusión que precisaron al estudiar el rasgo cultural, el complejo de rasgos y el área cultural.
Alfred Kroeber entre otros, desarrolló clasificaciones de áreas culturales para los nativos de América del Norte, dando pié a postular la tesis de que las diferencias entre grupos de hombres, pasados y actuales radican en influencias sociales y no orgánicas. Establece una relación relativa entre lo instintivo y lo tradicional, entre lo orgánico y lo social. Por lo tanto, la eugenesia como programa constructivo para el progreso nacional:
 “Es una confusión de los propósitos de engendrar mejores hombres y de dar a éstos mejores ideales; un ingenio orgánico para alcanzar lo social; un atajo biológico para un fin moral” (Kroeber, Karl, 1959:p.66) (18)

Así, la herencia biológica da al individuo la fuerza de sus logros, en comparación de otro individuo; los logros de un grupo de individuos, en relación con los de otro, varía por la influencia cultural. Siendo entonces la cultura una abstracción de la conducta humana concreta.
 Culturología.  Concepto acuñado por Leslie White, para definir el campo científico de la cultura; definiendo a esta última como grupos de rasgos, es decir, instituciones, costumbres, códigos, que son simbolados por los individuos en términos de relación con cosas ajenas o no, al organismo humano, más allá de la conducta. Estos simbolados, simbolemas, o simbolización, pertenecen por tanto, al contexto extrasomático.       Relacionados con los campos de estudio y de énfasis de la lingüística, conforman el locus de la cultura. Con este enfoque, la cultura de la discapacidad estaría cobijada por creencias, conceptos, emociones, y actitudes manifiestas en tiempo y espacio, como respuesta a la  interacción social, e incluso a los objetos materiales implícitos.
Antropología interpretativa.- Representada principalmente por Clifford Geertz. Sus antecedentes formativos y conceptuales se originan en la antropología simbólica, la escuela de Chicago y posteriormente con la Universidad de Princenton.  
   Por lo tanto, define a la cultura como ideas  basadas en el aprendizaje social y los símbolos; ya que los individuos, a través de la  enculturación interiorizan un sistema establecido previamente, de significados manifiestos en símbolos, y que utilizan para definir su rededor, con intención emotiva y por tanto, con elaboración constante de juicios.
“En el estudio de la cultura los significantes no son síntomas o haces de síntomas,  sino actos simbólicos o haces de actos simbólicos, y la meta no es la terapia, sino el análisis del discurso social. La manera en que se usa la teoría- indagar el valor y sentido de las cosas- es el mismo.” (Geertz, Clifford, 1995:p.36) (19)

     Con este enfoque, las expresiones culturales van más allá de la interpretación folklórica de un fenómeno o hecho social, más allá de clasificaciones, estructuras y sistemas funcionales; implica combinar un concepto semiótico de la cultura y un enfoque de interpretación etnográfica, lo cual conduce al debate más que a establecer consensos.

     Con ello, puede decirse que la cultura de la discapacidad se aleja cada vez más de las taxonomías del defecto, y de la tendencia homogeneizadora que supone la intervención diagnóstica, conforma sus propios rasgos de manera subjetiva y simbólica para quienes participan interactivamente como individuo, grupo o sociedad.
 Enfoques procesuales o teoría de la práctica. Se origina en la llamada Agencia social, la cual se refiere a las acciones de los individuos y de los grupos, en cotidiano para reproducir o resistir las pautas de conducta. Por ello se entiende que son los individuos quienes forman y transforman identidades culturales.

     Si bien no puede negarse que cada  individuo persigue diversas intenciones, y que a la vez, cuenta con diferentes grados de status en su grupo o sociedad, esto es influenciado por el género, la edad, la etnicidad, y la clase; siendo la cultura que modela el cómo se vivencia y se manifiesta ante el exterior, sin que esto sea un resultado determinista, sino de cambio social. Precursores de este enfoque son Pierre Bourdieu, Anthony Giddens y Michael Foucalt.
Esta teoría de la cultura, permea la posibilidad de debatir el mismo concepto de Dis-capacidad, comprendiendo de que las características de disminución cognitiva, perceptual o sensorial, no serán básicas para obstaculizar en las personas las posibilidades de manifestar sus capacidades y gestionar sus necesidades; más bien, conducen a explorar las condicionantes históricas, y del contexto, como luchas interactivas constantes, cambiantes, que pueden reinvindicar el control social y violencia de creencias y prácticas dominadoras,  o bien, de acomodación, logro y resistencia en la sociedad.
 Así, la cultorología, la antropología interpretativa, y  los enfoques procesuales, son el sostén de creación a la denominación: Diversidad funcional; la cual enfatiza, la experiencia subjetiva, el reclamo y el derecho a ser diverso en las capacidades y formas de funcionar para y en la sociedad.
A partir de ello, algunos  etnógrafos basándose en aportaciones de L. S. Vigotsky,  han  incursionado en  la relación entre la cultura y los procesos cognitivos, a  medida en que éstos puedan afectar el desempeño escolar de  niños pertenecientes a  minorías culturales  Cohen 1969; Cole, Gay, Glyck y Sharp 1971; Cole y Scribner 1974),  concluyendo  que la habilidad para demostrar una destreza particular depende del contexto;  así,  los niños  presentan  dificultades cuando las escuelas favorecen reducidas destrezas y estilos conceptuales que no incluyen aquello que los niños han llegado a aprender y utilizar, en la vida al exterior de la escuela, y en su cultura de referencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario