Al respecto, la Secretaría de Educación
Pública (2010), sugirió la promoción a
las siguientes estrategias:
a)
De información.- Relacionada al desempeño y logros escolares
de sus hijos; acerca de la ejecución de la práctica educativa; o bien,
por necesidades de gestión. Este nivel de participación es definido por la
misma escuela, tanto en mecanismos como en responsables y tiempos para ello,
sugiere realizar reuniones, entregar circulares, convocar a
asambleas, las propias producciones de los alumnos, elaborar documentos de
difusión, elaborar comunicaciones escritas en un cuaderno específico, utilizar
el pizarrón de autoevaluación, preparar el portafolio institucional, participar
en la Evaluación Psicopedagógica y en la elaboración de la Propuesta Curricular
Adaptada.
b)
De
consulta o asesoría.- Pretende la vinculación hacia las figuras parentales con
fines de conocer las condiciones de la vida familiar, los recursos y apoyos que
proporcionan a los alumnos, expectativas en relación a la escuela, y la oferta
educativa. Generalmente es definido por un profesor para atención de un alumno
en particular, puede sujetarse a una temporalidad de diagnóstico. Así como
respecto a la autoevaluación de la escuela, el trabajo que en ella se realiza y
los avances que se van teniendo.
c)
El trabajo en común o por comisiones.-
Permite la formación dirigida o voluntaria de grupos de padres, o bien de
padres y profesores, con fines de gestión o de evaluación para obtener bienes y
servicios de índole colectiva,
adecuación de las instalaciones de la escuela;
también puede enfocarse a
elaboración de determinados recursos materiales o a la adecuación de las
instalaciones de la escuela.
d)
Escuela para
padres. Se establece en coordinación con otras instancias, con la finalidad de
que las familias puedan tener acceso a talleres sobre temas que impacten en el
apoyo y que pueden brindar a sus hijos.
e)
Casa abierta.
Buscar que las familias también abran las puertas de sus casas para que la
escuela cuente con la información que sea relevante para el trabajo de los
alumnos, entre otros aspectos, sus características sociales, culturales y
económicas; conocer los apoyos y las adecuaciones que se tienen en casa puede
ser de mucha utilidad para lo que se realice en la escuela.
En la actualidad,
SEP (2011) señala que las familias deben estar implícitas en los
procesos educativos a través de diálogos democráticos y vinculación con
docentes y la vida escolar; que requiere se comprometan en la difusión a la
comunidad del afán inclusivo de la escuela; y que contribuyan a condiciones
familiares para el desarrollo de competencias en sus hijos.
Y sugiere que la asesoría, el acompañamiento y la
orientación sean las formas de abordar
los retos dentro del aula, la escuela, y en las familias; siendo la asesoría
una estrategia necesaria para ofertar el conocimiento educativo, ampliar las
oportunidades de innovación, e impulsar el trabajo colaborativo; a través de la
sensibilización, negociación, motivación, información, reflexión, y toma de
decisiones.
De igual manera, en fechas anteriores el
modelo de gestión escolar llamado:
Comunicacional (1990) proponía el rediseño organizacional desde una perspectiva
lingüística, entendida como «Redes comunicacionales» que facilitan o impiden
las acciones deseadas; pretende la
transferencia de tareas de gestión hacia
las padres de familia.
Actualmente el Modelo de Gestión Educativa
Estratégica (SEP, 2011), es una nueva forma de comprender, organizar y conducir
al sistema educativo y a la organización en la escuela. Para ello, requiere un
plan de desarrollo profesional de los docentes; una cultura organizacional
propositiva y creativa para fortalecer la participación y la
corresponsabilidad; con acciones y estrategias interrelacionadas en la práctica
de la planeación, eje para las competencias de todos los implicados en el los
propósitos del currículo educativo.
Sin embargo, los resultados y logros de este tipo de
intervenciones como alternativa que apertura la organización colectiva para el
trabajo por comisiones de padres con
hijos que presentan barreras para el aprendizaje y participación, propiciadas
por situaciones de diversidad funcional no han impactado en amplio espectro,
para mejora de nuestra sociedad, prueba de ello, es el bajo número de clubes,
colectivos, grupos, figuras asociativas, redes, tanto en el medio local, como
estatal.
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